martes, 23 de septiembre de 2014

Uñas de gel

Son demasiados para ponerlos aquí y tú ya los sabes de sobra no te hagas de rogar...

Nota: Ya no lloro, o apenas lo hago; tampoco pienso en ella contínuamente. Las pesadillas también han desaparecido, del mismo modo que lo hicieron los contínuos dolores de cabeza y las crisis de ansiedad. Salgo a la calle, noto el sol y sonrío, incluso a veces lo hago sin darme cuenta. Me encanta la ciudad y siento que me preocupan menos cosas. Salgo a divertirme (mi hígado me está recordando que más de la cuenta quizás...) y disfruto. Se acabaron las canciones de amor en la que nos refugiamos cuando vivimos algún desengaño y en mi mp3 sólo hay alegría y salero. Estoy orgullosa de mí misma e incluso me siento guapa, sí Rubia, tienes que reconocerlo, todos tenían razón, todo pasa... :)

Que pagaría por poder ofrecerte lo que me pides y estar a tu lado tal y como tú quisieras. Lo veo cada día en tu mirada; en la forma de abrazarme; en las palabras de ánimo con las que calmas mis temores y también en esos Fuente empañados en lágrimas cuando notas que cada vez estoy más lejos de ti...


Créeme; si pudiese haría desaparecer ese sentimiento que te corroe siempre que estamos juntos, mejor... créeme cuando te digo que he intentado que ese mismo sentimiento apareciese en mí.

Recuerdo aquel día en el que con paso firme y decidido me besaste dejando a la luz tu corazón y dejándome a mí petrificada en aquella pequeña habitación en la que tan buenos momentos habíamos compartido. Dos años después decides marcharte... y sé que yo formo parte de esa decisión... resulta inevitable sentir que te he decepcionado, que te he vuelto a fallar.

Créeme que hay algo peor que enamorarte de una mujer que nunca te corresponderá y vivir con ella, y es (aunque parezca típico) que tu mejor amigo, tu confidente, tu mano derecha, tu "casi hermano" se acabe enamorando de ti.

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