martes, 10 de marzo de 2015

Cortes de pelo para mujer

Mis intenciones han cambiado. No contaré mis peripecias maratonianas (¿mi último maratón?), ni mis saltos de vallas imprudentes, ni mi primer paseo en ambulancia, sirenas incluidas, ni mi medio día en un hospital sevillano, ni mi regreso a casa.

Os quiero contar que he vuelto. Afortunadamente puedo escribir con los diez dedos de las manos. Jamás he probado a escribir con los de los pies. Ni mucho menos con el pene (esto viene a colación de una pregunta de la edición de ayer de El Millonario, presentado por Carlos Sobera, en la que se efectuaba a la rubia concursante la cuestión sobre qué famoso actor, según Marylin Monroe, tocaba el piano con el pene en sus fiestas privadas. Era Errol Flinn, el tio ceporro...).

Os quiero contar que ayer volví a correr, tras 5 semanas y media. Si hubieran pasado 4 semanas más igual corro con Kim Basinger, pero bueno, estoy contento por el hecho, pues para mí es como haber vuelto a dar esos deseados primeros pasos que te inician en el camino a seguir. Sólo fueron 31 minutos de carrera suave. Las sensaciones podían haber sido Click aquí , así que tampoco me quejo, ya que no me gusta hacerlo.

Os quiero contar que desde el pasado lunes tengo un trabajillo por las tardes. Estoy como terapeuta en el Spa de un hotel de 5 estrellas. No sólo haré masajes, sino también tratamientos de envolturas varias, masaje indio, sueco, reflexoterapia (estoy aprendiendo), y muchas otras cositas que os iré contanto.

Os quiero contar que Noa está cerquita de ver la luz, de estar en nuestros brazos. Ahora debe de estar muy a gustito en la barriguita de la mamá, por lo que no da mucho indicio de querer salir. Saldrá.

Os quiero contar que mis andanzas runeras seguirán. Tal vez desde otra perspectiva, pero se andará. Es un ingrediente más de mi vida, así que no lo puedo dejar de lado.

domingo, 1 de marzo de 2015

Alojamiento web españa

La gente del pueblo, que se habían escondido en la cueva de los Duendes, al ver aparecer un muchacho por las calles desiertas de Toztsaide cundió el pánico y la incertidumbre pero nadie se movió. Hasta que la voz de un señor mayor los sacó de la tensión ante lo que ellos preveían que iban a presenciar.

- ¡Es el muchacho del milagro! Dijo entre un grito de ánimo y de fe, que Alojamiento web españa mucho tiempo que no se escuchaba, tanto tiempo que la gente lo miró como si estuviese enajenado.

- Es sólo Ramnés, el bucólico. Dijo uno con tono jocoso después de agudizar la enlace.

- ¡Son el mismo! Ramnés y el chico del milagro forman una sola persona. Replicó otro desde el otro lado de la cueva.

El murmullo cubrió por completo la cueva silenciando casi por entero sus propios miedos.

Efectivamente Ramnés era el mismo que siendo un niño de ocho años protagonizó un hecho sorprendete en la villa. Sólo para los habitantes del Valle Dandama era algo prodigioso, ya que no entraba en sus retorcidas suposiciones, en sus vidas planificadas casi al milímetro. Si algo caracterizaba a los pueblos que componían el valle de Dandama era el pragmatismo férreo y la incredulidad constante que proporciona el abrazo a lo técnico, científico y realista. Pero para la familia Orvís la hazaña del benjamín de la familia, no era un milagro, sólo era la actuación de un niño comportándose como lo que era; un niño.

Hace diez años en el valle de Dandama, aún quedaban algunos duendes, elfos, brujas, dragones, unicornios, hadas y muchos seres fantásticos, que durante muchos siglos habían convivido entre los seres humanos, con sus crisis y sus épocas de excelente convivencia.