viernes, 17 de julio de 2015

Planta ornamental

Mi marido: ¿Pero todavía no tenemos habitación?
Yo: Ni nosotros ni ninguno de los que estamos aquí
MM: Voy a recordárselo a este hombre que se ha despistado.
Yo: No creo
Pues creí mal. Después de esperar pacientemente una hora de reloj el hombre aún tardo otros 10 minutos más para escribirnos los datos en la tarjeta y darnos unas escuetas instrucciones.Image hosted by Photobucket.com.
Vamos hacia los ascensores (tres para cuatro Plantas ornamentales de edificios de 7 plantas cada uno respectivamente. Buen promedio, ¿eh?) no sin antes pelearnos por un carrito portamaletas (2 para todo el hotel) y un chico para llevarlas (1 para todo el hotel) y el buitreo de los que llegando después y teniendo habitación minutos después que nosotros tenían prisa por descargar.
Subimos a la habitación (bastante grande) pero lejos de la fotografía que habíamos visto (internet es lo que tiene) en cuanto a mobiliario, del año de aqui Castaña y un baño (sucio, sin toallas suficientes y pelos en el desgüe de la bañera).

"Estás de vacaciones. Estás de vacaciones" me repetía una y mil veces. Tampoco había sábanas en las camas de los niños. Una hora y cuarto y no lo hacen bien. "No importa. No importa. Vayamos a comer" Menos mal que las vistas eran buenas: piscina al frente y el mar a la izquierda en una segunda planta. Los ascensores no funcionan. Hay que utilizar los de servicio (2) que están escondidos a prueba de usos indebidos. De camino nos encontramos toda suerte de toallas sucias, sábanas usadas en bolsas de plásticos y distintos envases de productos de limpieza.
No quisimos complicarnos y fuimos a unos metros del hotel a un restaurante con terraza en plan platos combinados para todos. Nos cobraron 33 euros del ala y tardaron 30 minutos en traernos la comida (nada comparado con la hora y cuarto que tuvimos que esperar el último día con mi hija llorando a pleno pulmón y mi hijo dejando la comida entera en el plato y levantándose cada dos por tres). Ahora que al día siguiente, nos fuimos a un chino. Pues muy rico y bien presentado (nada que ver con Madrid) y al módico precio de 38 euros (vamos subiendo).

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